Coldplay presenta su nuevo 'single' entre rumores de plagio. Los compases iniciales de la canción guardan gran similitud con el 'Ritmo de la noche' que llenó pistas en los 90. El grupo sale al paso de las críticas y asegura que es un homenaje al 'I go to Rio' que compuso Peter Allen en 1976.
Every teardrop is a waterfall es el nuevo single de Coldplay. Aunque, al escucharla, no serán pocos a quienes les venga a la cabeza Ritmo de la noche, de Mystic, una pegadiza sintonía que llenó las pistas de baile a principios de los 90. Al menos pueden pensarlo hasta poco después del primer medio minuto de canción, momento en que las guitarras del conjunto de Chris Martin entran en acción, revelando algunas de sus señas de identidad características.
¿Una inexplicable casualidad o un plagio en toda regla? En las redes sociales corren como la pólvora diferentes teorías para tratar de dar explicación a esta coincidencia. Para algunos, no es más que una estrategia de márketing de Coldplay para focalizar la atención de los medios y el público en general después de tres años en los que prácticamente no habían presentado material nuevo.
Sus fans más acérrimos se dividen entre los que están seguros de que se trata de una broma de la banda y quienes confían en que el cuarteto londinense se ha limitado a recurrir al tema, previo acuerdo con Mystic, en forma de tributo a la música disco de los 90.
La demanda de Satriani
Tras levantar tanta polvareda en apenas unas horas, el grupo ha salido al paso de las especulaciones y ha despejado la incógnita: Los británicos han sampleado la canción I go to Rio, para rendir tributo a su autor, Peter Allen, que la compuso en 1976. Años después, pero mucho antes de la ocurrencia de Coldplay, el tema del artista australiano ya inspiró a Mystic, que la versionó con una base dance, convirtiéndo Ritmo de la noche en uno de los himnos discotequeros del momento.
En cualquier caso, Chris Martin y los suyos podrían verse envueltos en una nueva demanda, como la que ya les interpusiera Joe Satriani en el 2009, quien se querelló contra la banda británica acusándoles de haber reproducido en Viva la vida "trozos originales sustanciales" de If I could fly, pieza instrumental del guitarrista estadounidense. El juez desestimó la demanda, aunque corre el rumor de que el artista neoyorquino y la banda británica alcanzaron un acuerdo extrajudicial.
Every teardrop is a waterfall es el nuevo single de Coldplay. Aunque, al escucharla, no serán pocos a quienes les venga a la cabeza Ritmo de la noche, de Mystic, una pegadiza sintonía que llenó las pistas de baile a principios de los 90. Al menos pueden pensarlo hasta poco después del primer medio minuto de canción, momento en que las guitarras del conjunto de Chris Martin entran en acción, revelando algunas de sus señas de identidad características.
¿Una inexplicable casualidad o un plagio en toda regla? En las redes sociales corren como la pólvora diferentes teorías para tratar de dar explicación a esta coincidencia. Para algunos, no es más que una estrategia de márketing de Coldplay para focalizar la atención de los medios y el público en general después de tres años en los que prácticamente no habían presentado material nuevo.
Sus fans más acérrimos se dividen entre los que están seguros de que se trata de una broma de la banda y quienes confían en que el cuarteto londinense se ha limitado a recurrir al tema, previo acuerdo con Mystic, en forma de tributo a la música disco de los 90.
La demanda de Satriani
Tras levantar tanta polvareda en apenas unas horas, el grupo ha salido al paso de las especulaciones y ha despejado la incógnita: Los británicos han sampleado la canción I go to Rio, para rendir tributo a su autor, Peter Allen, que la compuso en 1976. Años después, pero mucho antes de la ocurrencia de Coldplay, el tema del artista australiano ya inspiró a Mystic, que la versionó con una base dance, convirtiéndo Ritmo de la noche en uno de los himnos discotequeros del momento.
En cualquier caso, Chris Martin y los suyos podrían verse envueltos en una nueva demanda, como la que ya les interpusiera Joe Satriani en el 2009, quien se querelló contra la banda británica acusándoles de haber reproducido en Viva la vida "trozos originales sustanciales" de If I could fly, pieza instrumental del guitarrista estadounidense. El juez desestimó la demanda, aunque corre el rumor de que el artista neoyorquino y la banda británica alcanzaron un acuerdo extrajudicial.
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